Muñoz Fajardo, Ricardo / Escritor
Basado en hechos reales, la otra cara de la violencia de género, sin querer obviar que la mayor parte de las vÃctimas de esta plaga criminal e injustificable son las mujeres, pero que en este caso es al revés.
Pero se nos ha de perdonar por utilizar los términos «violencia de género», porque la web de la PolicÃa lo deja claro, porque la violencia de género «se produce exclusivamente cuando la violencia la ejerce el hombre sobre la mujer. Tiene que existir o haber existido una relación sentimental entre ellos. Esta violencia no tiene por qué ser siempre fÃsica, también puede ser psicológica o sexual».
Entonces, lo ocurrido en el terrible caso que narra este libro es un caso de violencia doméstica, que «es la violencia que ocurre en la familia, puede ser fÃsica o psicológica. Por ejemplo, violencia entre personas del mismo sexo (intragénero), de la mujer sobre el hombre, violencia de padres a hijos o viceversa, contra las personas mayores y otras personas que convivan en el mismo domicilio».
Este argumento no debe de distraernos de la realidad, porque tal como se indica en la dedicatoria de esta obra, que dice «A todas las mujeres que no son como esta, porque nunca hemos de olvidar que quienes sufren la violencia de género son casi siempre las mujeres, tratadas como un objeto más por quienes creen que son poseedoras de ellos, los hombres».
Pero esta verdad indiscutible, ¿nos debe distraer de que puede darse el caso de que una mujer torture a un hombre con una relación tóxica, que ella puede disfrazar con un mentiroso querer mientras él se siente enamorado de ella y por eso vuelve a una relación que abandona tras un espantoso maltrato?
No. Las confabulaciones de una mente enferma que se narran en esta novela están basadas en hechos reales. ¿Se pueden imaginar ese mismo sufrimiento de tantas mujeres que son asesinadas por los que dicen que las quieren y en realidad solo son para ellos unos objetos que han comprado cuando han dicho que sà en una ceremonia celebrada en una iglesia, un juzgado, una dependencia municipal o una notarÃa?