César, Adilia / Escritor
Bajo el signo de Artaud y Lispector, mencionado en el epígrafe, Adília César nos ofrece un conjunto coherente de 85 poemas, reunidos en 17 secciones, que inauguran una poética de la pérdida, creando una circularidad en torno a la imagen feroz que abre y cierra el volumen a designar el yo que me sangra contra el cuchillo. Entre círculos de nada y exclamaciones de sentimiento, la voz poética traza el camino de un proceso de aprendizaje donde se inscriben algunas reminiscencias de la infancia, las alas de la melancolía, los fantasmas que sostienen las caídas en un lugar rodeado de muros de palabras, pero a veces abierto a semántica del deseo y los fragmentos sentimentales que se alternan con la descripción de la catástrofe. La convulsión del lenguaje también traduce la fiebre del desajuste romántico cuando el otro se connota con el sueño del marfil y el espacio se puebla de luciérnagas apagadas. En este seductor libro,
Maria Graciete Besse, crítica literaria
Siempre pasa algo. Por eso escribo. Escribo porque algo pasó o pasa. Cito estas palabras de Ana Hatherly por la complicidad que establecen con la poesía de Adília César.
En Delirium, la autora continúa cuestionando sus trabajos anteriores, enfocándose en el valor central del silencio, que expande su libertad para describir la amplitud de un silencio, desde adentro hacia afuera y desde lo lleno al vacío.
Pero el poema no es un sueño ni una metáfora / es un galope en la boca. Es como si, bajo la piel de las palabras del poema, una narración siempre inacabada dijera Una, dos, tres palabras
como si fueran collares de perro vacíos.
El silencio siempre, una de las armas de este escrito, la pregunta suspendida que recorre el texto en el que Entrar es recordar y salir es olvidar. La audacia y amplitud de esta poesía otorga a Adília César sin lugar a dudas un lugar único en la poesía portuguesa.
Ya no hay lejos ni distancia, solo / reconozco nuestras cabezas pensantes / sueltas en el firmamento. O, como dice en un artículo reciente (Lógos, 03.06.2021) No hay poesía sin dudas, sin cuestionamientos y sin las líneas de respuesta divergentes, pero alguien sobrevivirá (..) entre abismos, caídas y sillones de terciopelo.
Armandina Maia, Asociación Portuguesa de Críticos Literarios
Este soy yo sangrando contra el cuchillo.
Cae un polvo sutil que perfuma los muertos abiertos:
el otro yaciendo a mi lado
en el tiempo inmóvil.
¿Cómo me llamas al comienzo del aburrimiento
en tu sueño de marfil?
Columna de polvo, tiempo, sueños y angustia , dices.