César, Adilia / Escritor
Este libro podría ser una poética del espacio, a la manera de Bachelard, solo que él solo escribe los lugares felices. Aquí nos encontramos ante una iniciación en la casa del polvo, que devela, capa a capa, el estado de gracia y la herida de habitar el recuerdo de compartir la casa, pero también su vacío que arrastra al sujeto poético al colapso de el ser.
Pienso constantemente en la casa es, de hecho, el gran tema que recorre el libro. Pero este pensamiento es táctil, inseparable de sentir el cuerpo en total pérdida. El cuerpo cayendo con un ruido vehemente y obstinado, que nos convoca e impulsa a entrar en el universo meticuloso de la casa, a pasar por su corporalidad que apela a un tú ausente.
La casa es para sus objetos como el cuerpo es para sus órganos. Desde una perspectiva fenomenológica, es una poética de la donación recíproca de identidad entre el yo, escrito en lo femenino, y la casa. La presencia de la casa como sombra, y por tanto el tiempo, aparece como un universo completo de lo que fue, y la ruina de lo que tiñe el nombre mismo de las cosas.
Todo es revés, de adentro hacia afuera, de noche y, sin embargo, habitable como un lugar, amado y perforante,
un lugar escrito cuyo futuro será la felicidad que espera a los lectores de Una aguja en el corazón.
Rosa Alicia
Poeta Blanca
En Una aguja en el corazón, Adília César reúne su arsenal afectivo y sensorial para trazar la cartografía
de la memoria y una mitología personal. En el tejido del poema fecunda su diálogo con un territorio íntimo y físico, siendo el corazón y la casa receptáculos simbólicos de una evocación lírica. Si para la poeta el mapa del hogar es un laberinto donde convergen tensiones y aprensiones, en él hace la catarsis de los impulsos y ambigüedades del ser.
En esta autopsia de Eventos, emociones, errores, patologías se desentraña un escenario en el que objetos, espacios, recuerdos, fantasmas y obsesiones hablan de este lugar-cuerpo: el amor. En un
sofisticado discurso poético, el poeta desvela el espectro que fusiona el interior con el lado de
afuera y, a la manera de Saint-Exupéry, reconoce que, en medio de la relatividad de los sentimientos, lo esencial sigue siendo invisible en todas las ecuaciones .
Ronaldo Cagiano
escritor brasileño
La casa es inquietante en su norma clásica.
En el ajuste de brazos y piernas,
la puerta es asimétrica en el sonido de abrir el corazón.
La fábula cruje
y perturba el saludo del lenguaje puro.
El corazón olvida su geometría milimétrica.
Pasarla sin abrirla es lo que me propongo
sin mirar atrás, sin ver a la fiera que me persigue.
Entrar es recordar y salir es olvidar. En el cuerpo.