Murr, Charles Theodore / Escritor
Es el año 1983. A las afueras de Beirut, en la autopista 51 que conduce a Tiro, tres hombres enmascarados detienen un Mercedes sedán. Matan a balazos al conductor; atan y vendan los ojos a su propietario, Joseph Khouri, de 63 años, y lo toman como rehén.
A pesar de la casi inexistencia de sistemas de comunicación en un LÃbano devastado por la guerra, en dos horas la noticia del asesinato y el secuestro llega al Vaticano. Uno de los principales hombres del Papa en el Medio Oriente, el arzobispo de Tiro, Joseph Khouri, pide un rescate. El dinero exigido es considerable; el plazo dado para el pago, tres dÃas.
En Roma, un joven sacerdote americano acaba de ser informado del secuestro de Beirut y se le pide que ayude a salvar la vida de su viejo amigo, Joseph Khouri. El padre Charles Murr se ve presionado a solicitar la ayuda de un hombre al que la mayorÃa de los eclesiásticos —incluido el propio secuestrado— habÃan tratado con desdén durante más de una década. Sin embargo, ahora es quizá el único hombre en el mundo en condiciones de salvar a Joseph Khouri. Ese hombre es Hilarion George Capucci, “El arzobispo de Jerusalén en el exilio”. Capucci y Murr fueron compañeros de casa y amigos desde mediados de los años setenta.
Esta historia es una historia de altruismo, de fortaleza personal —y, sin duda, aunque suene extraño a los incrédulos— de heroÃsmo cristiano; no el de Khouri, ni el del Vaticano, ni el de Murr, sino el de Hilarion Capucci, uno de los hombres más incomprendidos y subestimados de nuestro tiempo.