Santiago, Mikel / Escritor
Un lugar idÃlico bañado por la luz cegadora del Mediterráneo. Una galerÃa de personajes estrafalarios, carismáticos y sospechosos. Un «quién-lo-hizo» a ritmo de thriller en el que todo el mundo puede ser culpable hasta que se desvele la verdad.
«Yo estaba en Roma cuando Bob Ardlan me llamó. Para ser exactos: estaba con una mujer en Roma, cuando Ardlan me llamó. Asà que cuando vi su nombre en la pantalla del teléfono pensé: "Qué demonios, Bob. No me llamas en una eternidad y vienes a estropearme el mejor momento del verano". Y lo dejé sonar.
Dos dÃas después, supe que Bob habÃa caÃdo desde el balcón de su mansión en Tremonte pocos minutos después de marcar mi número. ¿O tal vez le habÃan empujado? No me quedaba más remedio que pisar el acelerador del coche y plantarme allà para hacer unas cuantas preguntas.»