MartÃnez-Conde, Ricardo / Escritor
Llueve con mano frÃa y el viento está inquieto y desorientado. Esto es lo que asusta a las hojas del roble, que susurran entre sÃ, tal vez despidiéndose, antes de dejarse, abandonadas, a que el viento las olvide. Pero es que la naturaleza que vive es asà para la muerte. Como para nosotros. Lo mismo que con nosotros
Los recuerdos son esa pasión que ha merecido, sin duda, consumarse, pero el tiempo, poseedor del frÃo y la medida, los ha reducido a fragmentos que, a buen seguro, tardaremos en volver a ver unidos
¿Ella mira o solicita, en su mirar, el ser mirada? La certeza no existe y uno queda prendado en el secreto ancestrar de la conquista