Cioran, Emil / Escritor
Se suponía que los cuadernos no eran originales. Y dicen que el autor no pudo haber tenido éxito. Los cuadernos manuscritos encontrados tras la muerte de Emil Cioran (1911-1995) contenían la anotación "destruir". No estaban destinados a la imprenta, por lo que aparecieron en contra de la voluntad del autor, sino en interés de la cultura intelectual del mundo. Es una especie de diario, pero registra eventos a la par con pensamientos para su posible uso en un nuevo libro. Estos pensamientos, aunque generales, están estrechamente relacionados con algo especial: la vida de su autor. El denominador común es una simple observación: nací y desde entonces me muero. No hay vida eterna, esta vida está llena de tormentos, entonces, ¿por qué "seguir adelante" en absoluto? ¿Por qué había un padre en absoluto? Y, sin embargo, "de alguna manera se prolonga". Esta frase que recorre las notas de Cioran expresa todo su drama y tensión. ¿Por qué, por qué me aferro a la vida contra toda lógica? ¿Por qué los amo tanto? Esta es la esencia de los cuadernos que llena todos los días el autor de la emoción de pensar en la redundancia de su propio nacimiento. Pensamiento tan antiguo como todo pensamiento humano y nuevo como en cualquier nueva existencia humana consciente. En torno a este tema básico, se encontraron temas secundarios en los Cuadernos, que para el lector, incluso después de medio siglo, siguen siendo interesantes. Las notas no destinadas a la imprenta permiten observar al autor en su pensamiento cotidiano sobre el mundo y las personas, conocer sus opiniones sobre la entonces vida de la élite intelectual, en la que Cioran, a pesar de toda su misantropía, participó: Ionesco, Marcel, Beckett, Eliade, París literario de los años 60 ... Es posible que este volumen resulte el más duradero, porque es la obra más sincera y singular, aunque no intencionada, de Cioran.