AA.VV
La inmigración es un laberinto. Un laberinto de hormigón cuyo cielo no se ve. Avanzar es la única dirección e incluso retroceder significa avanzar. Decidir levantar los pies del suelo, de quién se conoce la tierra, de qué terreno se mide, dónde siembras, dónde no siembras, dónde puedes cosechar o no, es un acto de valentÃa. Entonces, ¿por qué haces esto si es un acto tan difÃcil para ti? A veces conocemos el suelo en sÃ, pero estamos agotados de esperar la cosecha. A veces, incluso si conoce el contenido del suelo, el suelo debajo de su cuerpo, el grano necesita brotar, y si no brota, la supervivencia hace que los humanos, que tienen piernas, se muevan. Asà se constituyeron el mundo, la sociedad, las civilizaciones. Hombres y mujeres con piernas caminaron, se trasladaron a donde sus sueños ya estaban desplazados. Una vez dentro del laberinto, una vez hecha esta elección, no hay vuelta atrás. Algunas personas pasan toda la vida en el mismo lugar, en el mismo lugar, en el mismo pueblo. Es respetable, es una elección. Pero son ellos los que se mueven, los que transformaron a la humanidad, los pueblos cuyo desplazamiento de sà mismos provocó el desplazamiento del eje de la tierra. Cuando alguien se mueve, todo lo que hay dentro y alrededor se transforma. El movimiento, el desplazamiento en sà mismo, no es dañino, al contrario, es importante y productivo, siempre y cuando no desemboque en un encuentro nocivo con la alteridad. Y es la alteridad de la que también queremos hablar. Nosotros, estos poetas extranjeros que te hablamos, venimos de los más variados paÃses, estamos en Portugal, residimos aquà por una serie de razones que solo cada uno de nosotros conoce. Portugal, este pequeño paÃs en la punta de la PenÃnsula Ibérica, es conocido por su esencia exploradora, curiosa y pionera. Las mÃticas personalidades históricas portuguesas conquistaron el mundo por su corona, su entonces poderosa y vigorosa monarquÃa, que construyó una nación gigantesca imaginaria. Imaginario porque estamos hablando aquà del imaginario en sÃ, de cómo las narrativas son capaces de producir verdades que pueden no ser tan verdaderas como esperábamos. Estamos hablando de algo que comienza en un tiempo remoto, que no parece verse ahora mismo. que construyó una nación gigantesca imaginaria. Imaginario porque estamos hablando aquà del imaginario en sÃ, de cómo las narrativas son capaces de producir verdades que pueden no ser tan verdaderas como esperábamos. Estamos hablando de algo que comienza en un tiempo remoto, que no parece verse ahora mismo. que construyó una nación gigantesca imaginaria. Imaginario porque estamos hablando aquà del imaginario en sÃ, de cómo las narrativas son capaces de producir verdades que pueden no ser tan verdaderas como esperábamos. Estamos hablando de algo que comienza en un tiempo remoto, que no parece verse ahora mismo.
Manuella Bezerra de Melo