Duras, Margerite / Escritor
Las madres presas en el llano, era la gran desgracia y la gran diversión a la vez, dependía de los días. Era la gran diversión de la gran desgracia. Era terrible y era divertido. lado estábamos parados, del lado del mar que las había arrojado por los aires, estas presas, de repente, del lado de los cangrejos que las habían hecho cribas, o por el contrario, del lado de aquellas que habían tardado seis meses en construirlos en el olvido total de las fechorías aún algo del mar y de los cangrejos. Lo sorprendente era que habían sido doscientos para olvidarse de eso poniéndose manos a la obra.