Niculescu, Tatiana / Escritor
El rey más joven de RumanÃa asciende al trono en un momento en el que a los paÃses de Europa del Este se les reserva "el papel de conejillos de indias en un experimento de cinismo que supera la imaginación humana", como él mismo dirá. Hoy en dÃa, su testimonio sobre la abdicación es cuestionado por algunos, prefiriendo documentos anónimos del régimen comunista instalado en el poder mediante el fraude, la mentira y la manipulación.
¿Michael es un perdedor? Si el cumplimiento de un destino se mide en éxitos aclamados públicamente y compromisos de largo alcance, entonces este rey no es un modelo a seguir. Pero, si la constancia, la paciencia y la modestia definen la vida real, entonces el último rey de los rumanos sigue siendo para las generaciones futuras un hito de sabidurÃa en un mundo sacudido por las fantasÃas del poder.
"A las 9 en punto sonó el teléfono de la oficina. Se anuncia que Mihai aparecerá en la sala del trono para prestar juramento. La voz que le habla se dirige a él con "Majestad". Buimac tiene la sensación de que está reviviendo una mañana de la infancia cuando la niñera le dice que él es el rey, y él le pregunta si, en este caso, todavÃa puede jugar. ¿Es una pesadilla? ¿Es la realidad? ¿Es un niño? ¿Creció? ¿Es rey de nuevo? ¿Está solo de nuevo? ¿Tarda mucho? Se viste a toda prisa, intentando disimular sus emociones y componer, como tantas veces antes, en situaciones difÃciles, un rostro impenetrable. TranquilÃzate, susurrarÃa Sitta si estuviera con él ".