Lamarche, Caroline / Escritor
Es hora de que me muera, sino te voy a cansar. - Eres tú quien se cansa: ¿no te aburres, todo el dÃa sin hacer nada? - Yo nunca me aburro. Cuando no me canso no tengo nada más que hacer, por fin seré bueno.” Una noche, la narradora sueña que su madre, discapacitada y deficiente visual, camina en la oscuridad los cien kilómetros que las separan. Este sueño inaugura un tiempo durante el cual, en la "casa grande y valiente" donde la madre quisiera morir entre su familia, se renueva un vÃnculo ambivalente pero tenaz. Cinco años después, la casi centenaria asumirá con valentÃa la necesidad de su internamiento en un centro asistencial. A este exilio se sumará el encierro impuesto por la pandemia, constituyendo la voz de la madre al teléfono el único vector de su revuelta. muerte la llevarse sin que ella haya podido volver a ver a sus hijos. Pero lo que quiso hacer con su final ofrecerá un luminoso consuelo al desbarajuste familiar.