Simenon, Georges / Escritor
El honorario de la primera operación que me hagas será todo para tiÂ… Después, cada paciente que me mandes, lo haremos a la mitad…»: asà habÃa dicho Mandalin, reconocido cirujano y propietario de una clÃnica de lujo. Y cuando el Dr. Bergelon secuestró a la primera mujer en trabajo de parto, Mandalin los invitó a cenar, él y su esposa, en su hermosa casa de la zona alta, donde Bergelon habÃa bebido demasiado, como Mandalin, y luego todo salió mal. la mujer que daba a luz estaba muerta, y el niño también... Resultado: ahora el viudo amenazaba con matarlo, ¡no a Mandalin, sino a él, Bergelon! Sin embargo, lo que empujará al joven médico a romper las reglas de una existencia provinciana tranquila y, en última instancia, satisfactoria, no será el miedo a morir, ni serán las aprensiones de esa esposa resignada y llorosa, sino una "necesidad insoportable de cambio", como la sensación de llevar un vestido demasiado ajustado. «En él», escribe Simenon, «habÃa una especie de inquietud, de angustia, de esperanza, de expectación, del deseo de hacer un gesto, pero ¿cuál? -, para abrir no una puerta, sino un camino, un mundo, una nueva perspectiva...». Como muchos personajes de Simenon, el Dr. Bergelon también intentará, para no aceptar su destino, quitarse ese vestido demasiado ajustado...