Ingold, Tim / Escritor
Habitamos un mundo de más que humanos. Para que la vida florezca, debemos escuchar las llamadas que nos hace este mundo y responder con cuidado, sensibilidad y juicio. Eso es lo que significa corresponder, unir nuestra vida con la de los seres, materias y elementos con quienes y con los cuales habitamos sobre la tierra.
En este libro, el antropólogo Tim Ingold mantiene correspondencia con paisajes y bosques, océanos y cielos, monumentos y obras de arte. A cada uno aporta la misma espontaneidad de pensamiento y de observación, la misma intimidad y ligereza de tacto, pero también el mismo cariño, anhelo y cuidado que, en los dÃas en que escribÃamos cartas a mano, llevábamos a nuestra correspondencia con unos y otros. El resultado es una indagación profunda pero accesible sobre las formas de atender al mundo que nos rodea, sobre la relación entre el arte y la vida, y sobre el oficio mismo de escribir.
En un momento de crisis ambiental, cuando las palabras parecen fallarnos con tanta frecuencia, Ingold señala cómo la práctica de la correspondencia puede ayudar a restaurar nuestro parentesco con una tierra afligida.