Lipperini, Loredana / Escritor
Las heroÃnas de los cómics las invitan a ser bellas. Sus revistas ofrecen pruebas sentimentales y consejos sobre cómo maquillarse. En sus libros escolares, las madres continúan cuidando el hogar de los padres y hermanos. La publicidad los retrata como pequeños cocineros. Sus muñecas son sexys y reflejan (o inducen) sus sueños. Este es el mundo de las chicas nuevas. En los años setenta, Elena Gianini Belotti contaba cómo la educación social y cultural para la inferioridad femenina se realizaba en pocos años, desde el nacimiento hasta el ingreso a la vida escolar. Las cosas no han cambiado, aunque las apariencias parecen ir en la dirección opuesta. Por ejemplo, libros, pelÃculas y dibujos animados ciertamente ofrecen más personajes femeninos que una vez: pero confinándolos al antiguo estereotipo del hada y la bruja. Parece legÃtimo preguntarse qué ha pasado en los últimos treinta años, y por qué quienes lo querÃan todo (conocimiento, maternidad, igualdad, gratificación) se conformaban con las migajas aparentemente más apetecibles. Y debemos comenzar preguntándonos por las niñas: porque es nuevamente en los años de la infancia cuando las mujeres son inducidas a entregarse a una docilidad hoy disfrazada de rampantismo, a una certeza de subordinación que persiste y encuentra nuevas formas incluso en los territorios. donde la identidad es tan fluida como la web. Prólogo de Elena Gianini Belotti. cuestionamiento sobre las niñas: porque es nuevamente en los años de la infancia cuando las mujeres son inducidas a entregarse a una docilidad ahora disfrazada de rampantismo, a una certeza de subordinación que persiste y encuentra nuevas formas incluso en territorios donde la identidad es fluida como la red . Prólogo de Elena Gianini Belotti. cuestionamiento sobre las niñas: porque es nuevamente en los años de la infancia cuando las mujeres son inducidas a entregarse a una docilidad ahora disfrazada de rampantismo, a una certeza de subordinación que persiste y encuentra nuevas formas incluso en territorios donde la identidad es fluida como la red . Prólogo de Elena Gianini Belotti.